domingo, 6 de diciembre de 2009

"El perro del segundo"

By Calandrake

Hoy he estado en el santacrucero barrio de San Andrés, donde encontré la bella estampa que aparece arriba. Al parecer un vecino, harto de que el perro del piso superior dedique serenatas a la luna, ha decidido quejarse colocando una pancarta en su balcón con la deseperada premisa:
"S.O.S. El perro del segundo no nos deja dormir"
He optado por la interpretación más amigable, en la que existe realmente un perro y no se refiere al vecino en término caninos. No quedará duda sobre la desesperación del mensaje si recordamos que S.O.S. significa literalmente 'salven nuestras almas' (Save Our Souls).

Me solidarizo con el insomne y, ya puestos, también con el perrito porque si se pasa las noches ladrando, sus motivos tendrá. Sin embargo no deja de asombrarme el éxito que tienen estas técnicas al estilo del "cobrador del frac" en nuestra tierra. No digo que ese sea el caso pero, según parece, el canario se queja tanto o más que cualquier otro español aunque se queda muy atrás a la hora de formalizar la protesta. Las más de las veces nos limitamos a hacer un poco de ruido in situ para exteriorizar el enfado pero nos saltamos el paso crucial de presentar por escrito nuestra cuita.

Quizá sea cosa de nuestro carácter poco amigo de litigios o quizá resultado de la experiencia. El que suscribe habrá presentado en su vida una docena de quejas en diferentes administraciones y todas se resolvieron, más o menos, con similar resultado: una escueta carta al cabo de muchos meses en la que desestimaban la petición. Punto. En una ocasión, la queja iba dirigida a la empresa municipal de aguas de La Laguna (Teidagua) y solicitaba el reintegro de la parte proporcional del recibo correspondiente a los tres días en que no tuve suministro por una avería en su red de distribución. Teidagua negó que el corte pudiera haber durado tanto y ahí quedó todo. A ver cómo demuestras una cosa como esa.

Puede que esa indefensión sea la que esté potenciando estos días la "queja a terceros", también conocida como: "si no me resuelves el problema se lo cuento a todo el mundo para que te de vergüencita". Atroz involución al patio del parvulario que podemos comprobar en cualquiera de los programas de tertulia-denuncia que supuran en las teles locales. Una buena parte de los mensajes SMS que envían los espectadores son de ese jaez: un fisquito de vendetta aquí y un tantico de injuria velada allá. Recuerdo haber leído uno hace poco que decía algo así:
"Nodriguez Zópez no paga las horas extras. Fascista y ladrón"
No creo que el airado televidente esperara que una autoridad de la Inspección de Trabajo estuviera viendo el programa y diera un respingo en su sillón para iniciar, en el momento y de oficio, una investigación sobre los vínculos de Zopez con la extremaderecha y mucho menos que ésta resultara en el restablecimiento de las retribuciones salariales ajustadas a derecho. Lo más seguro es que se haya quedado a gusto simplemente mandando el mensajito y comentando el pedazo de acción directa, al día siguiente, a espaldas del intratable de Zópez.

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