Los japoneses nos tienen acostumbrados a convertirse en punta de lanza en todo lo que hacen. Desde la robótica hasta la alta cocina pasando por la guitarra flamenca. Reconforta descubrir, desde mi observatorio de mediocridad, que no siempre lo petan. A veces el enfoque nipón a la resolución de problemas resulta de lo más flojo.
Tal parece ser el caso de las investigaciones policiales. Uno se imaginaba un CSI oriental lleno de realidad virtual y sofisticados ingenios para resolver misterios pero no parece que se así. La noticia que aparece hoy en La Opinión se hace eco de la desaparición del creador del personaje de animación Shin Chan en un paraje montañoso japonés.
¿Cual creen que ha sido la técnica policial aplicada para encontrar al dibujante? Pues llamarle al móvil. Que se pone, pues asunto resuelto. Que no se pone, esperamos un poco y volvemos a llamar. Todo esto me recuerda los diálogos de Gila.
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Parece ser que lo hallaron muerto. Antes estuvieron una hora zarandeándolo y llamándolo por su nombre a ver si respondía, hasta finalmente deducir que el buen hombre había fallecido.
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