"El discutible éxito del tranvía (II)"

 
En el artículo anterior comenté la perplejidad que me causaban algunas cuestiones relacionadas con la política de transporte público del Cabildo de Tenerife.

Todo giraba en torno a dos noticias publicadas por La Opinión de Tenerife, con un intervalo de ocho años. En ellas se daba a entender que vivimos una especie de Día de la Marmota en lo que respecta a la congestión de tráfico en Santa Cruz. Según el rotativo, en 2002 entraba diariamente en Santa Cruz una media de 122.000 vehículos (+/- 3%, dependiendo del día). Y en 2010, pese a estar funcionando a pleno rendimiento las dos líneas del tranvía, la cifra es exactamente la misma: 122.000 vehículos diarios (se habla siempre de días laborables normales).

La interpretación que hice de esos datos fue la más simple: estamos igual que hace ocho años, de manera que el impacto del tranvía debe haberse limitado fundamentalmente a restar usuarios a la guagua. Algún amable lector ha cuestionado esta conclusión porque no tengo en cuenta el incremento del parque móvil durante estos años. Eso permitiría que las cifras de tráfico todavía fueran compatibles con un aumento del uso de tranporte público. Le doy la razón, pero aun con todo, sigue teniendo difícil justificación que el techo de una infraestructura viaria de tantísimo calado se limite a devolvernos a la situación de 2002. ¿Qué haremos para mantener en 2018 la congestión de 2010? ¿Otro tranvía, quizás?

Intentar obtener datos fidedignos sobre el funcionamiento del transporte público en Tenerife no es tarea fácil. Y no por escasez, sino todo lo contrario. Diversas fuentes ofrecen muchas cifras, a menudo difíciles de conciliar entre sí, y afinar en las conclusiones se vuelve un problema intratable. Pero mucho peor es la situación en la que todas las inconsistencias manan de una misma fuente. En lo que sigue veremos un sorprendente ejemplo.

Manuel Ortega, coordinador insular de Movilidad y Seguridad del Cabildo de Tenerife fue entrevistado la pasada semana por Pepe Moreno en Radio El Día. El periodista planteó a Ortega la duda que comenté en el artículo, y ésta fue su respuesta:



El coordinador viene a decir que no está de acuerdo por dos razones. La primera se basa en que los únicos datos buenos, "fiables 100%, a menos que se estropee la máquina", son los que proporcionan los aforos de la Policía Local de Santa Cruz. Mal empezamos, porque esa es precisamente la fuente que cita el diario La Opinión en sus artículos. ¿Dónde está entonces la discrepancia?

La segunda razón resulta aún más difícil de asimilar. Ortega asegura que el tranvía ha reducido el tráfico de vehículos privados en un 17% y que, de los 13 millones de pasajeros que transporta al año, sólo 5 millones proceden de la guagua (alrededor de 38%).

Pero según un estudio encargado por Metropolitano de Tenerife a B&G Consulting, un 55% de los usuarios del tranvía reconocen proceder de la guagua. ¿Con qué nos quedamos, con el 38% del coordinador o el 55% del estudio?

Siguiendo con las cifras de ese mismo estudio, el 45% de los usuarios del tranvía procedería principalmente del vehículo privado, lo que debería conllevar una reducción de este tipo de tráfico en torno a los 20.000 vehículos diarios. Sin embargo, otro documento del propio Cabildo, el Plan Especial de Ordenación de Infraestructuras del Tren del Norte (página 173),  reconoce sin ambages que:

 "...en la práctica, la introducción del tranvía supone la reducción de unos 9.000 vehículos diarios en los aforos del viario metropolitano."

Y volvemos a lo mismo. ¿son 9.000 ó 20.000 los vehículos privados que han dejado de circular gracias al tranvía?

Vemos que no se trata ya de discrepancia entre administraciones, ni entre partidos políticos. Todo sale del mismo sitio y no hay forma de que encajen las piezas. Y al final, cuando los números no hablan claro, todo lo que queda es ese recurso lastimero y voluntarista del "si no hubiéramos hecho nada,  estaríamos mucho peor". La misma razón por la que pensamos que los analgésicos funcionan. Porque aunque no te quiten el dolor, siempre asumes que te dolería el doble si no hubieras tomado la pastilla.