Nada de eso ocurre con la cuña publicitaria del tranvía de Tenerife, que suena como un mantra tontorrón en los diales de las radios locales. No se informa de nada. No se habla de precios, ni de trayectos, ni siquiera se menciona de las líneas de que dispone el trazado, ni dónde pueden consultarse estas cosas en la red. Nada.
No hay necesidad, porque diríase que estas campañas son cosas que quedan entre Metropolitano y los medios de comunicación. El público ni pincha ni corta en el proceso.
Escuchemos el anuncio:
Se repite en cuatro ocasiones, como si no fuéramos a entenderlo a la primera, que el tranvía pasa cada cinco minutos. ¿Y cual es la frecuencia de paso según la propia web de Metropolitano de Tenerife?
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ver en todo su esplendor horario |
El tranvía solo pasa cada cinco minutos durante las mañanas de lunes a viernes, si estamos en temporada de invierno y viajamos en la línea 1. Es decir solo en los casos que aparecen en verde en la tabla.
Durante los fines de semana, los tiempos de espera se multiplican hasta por seis y si encima consideramos los interminables transbordos desde la línea 2, acabaremos por atragantarnos de asco cada vez que oigamos la cuña de coña.
Y estas son las frecuencias de paso teóricas. Porque ya hemos podido comprobar que no siempre se cumplen, ni muchísimo menos. Tal es así, que empezamos a familiarizarnos con los enigmáticos mensajes que aparecen en los paneles para justificar retrasos que, según decía Melchior, eran imposibles en un transporte guiado.
Que no digo yo que el trenecito deba pasar cada cinco minutos, 24/7. Lo que me encochina es que se enfoque la promoción del transporte público de esa manera: sin contar con el público, dando mensajes estúpidos y creando expectativas inexistentes sobre el servicio.
En resumen, una situación redonda: publicidad pagada con nuestras perritas para decirnos cosas que la realidad nos demuestra a diario que no son ciertas.
Una tierra única.