No es de extrañar que el Cristo se rindiera a toda una Orquesta Sifónica, soplando tuberías entre chascarrillo y chascarrillo. Ni chiquito un vacilón. Lo de Los Sabandeños lo entiendo un poco menos.
P.D.: si los fuegos del averno han de consumir mis carnes por esta chanza, que se sepa que no soy el único responsable: Perplejita me envió el recorte.